Ayer me atacó la angustia y la tristeza.
Por suerte estallé en lágrimas, para sacar la mierda de adentro en forma de agua salada y sollozos.
Pueden ser cientos los motivos, y creo que no vale la pena tratar de descubrir la perfecta interrelación entre ellos para entender el por qué preciso de la angustia.
Pude dormir casi sin problemas; el desahogo seguro ayudó.
Pero hoy escuché este tema y me quebré otra vez.
Y decidí volver a practicar Vipassana, tras muchos meses de abandono.
Fue como volver a un lugar familiar, lleno de amor, lleno de paz.
Cuánta paz.
Sigo sensible.
Sigo con mierda adentro.
Pero sé que tengo herramientas muy prácticas para lidiar con ella.
Yoga y Vipassana.
Soy la única persona que puede arreglar mis problemas.
Y tengo una sola cosa tangible para trabajar: mi cuerpo, con todas sus sensaciones.
Y sé que puedo. Tengo Fe en que se puede.
Sólo hay que trabajar duro.
Practice and all is coming.